El domingo en la noche cuando regresaba a mi casa Dios me permitió aprender algo muy importante de alguien de quien no esperaba aprender nada, mucho menos esto que voy a contar.
Estaba en la combi, me senté adelante y tenía los audífonos puestos. En el camino noté que el cobrador hablaba con el chofer preguntándole cómo llegar al lugar que una pasajera le había dicho. Pensé que era una clásica discusión de combi en la que a veces el pasajero termina peleando con el cobrador por la devolución de su pasaje, pues esta chica se había pasado como 10 cuadras de donde debió bajar. Me llamó la atención el ver que nadie se alteraba ni gritaba por eso apagué mi música y escuché al chofer decirle al cobrador que le devolviera el pasaje a la chica para que pueda regresar: “Tal vez no tiene para su pasaje, devuélvele nomas…” -dijo el chofer. Luego que le indicaron a la pasajera cómo llegar a su destino, ella bajó agradecida y muy contenta por la gentileza y el buen trato (algo no muy común en el trasporte público). Mientras seguía avanzando la combi, el chofer le menciona al cobrador que a veces las personas no tienen plata para el pasaje y que por eso se les debe devolver, el cobrador respondió: “Sí, además le di 2 soles para que pueda llegar porque a esta hora (12am) le van a cobrar más y a donde ella va esta lejos…”. Pero aquí no terminó todo, el chofer cerró con una frase que coronaba la lección de la noche diciéndole al cobrador: “Recuerda que todo es “emprestadito” nomas…”.
El chofer y el cobrador de la combi en la que viajaba eran las personas que tal vez más necesitaban esos 2 soles que devolvieron y tenían razones para no devolver ni un centavo a la pasajera confundida de ruta, pero al parecer entendían que hay algo mucho más importante que el dinero y esto es el servir a los demás. En ese momento vi al chofer como un hombre sabio, muy humilde y sencillo pero lleno de amor.
Inmediatamente Dios me recordó que no debemos afanarnos por nada, mucho menos por las cosas materiales. Dios nos manda a confiar en Él, a servir a los demás y lo más importante: buscar primeramente SU REINO, lo demás cae por su propio peso.
2 comentarios:
Gracias por animarme esta mañana.
Qué bella historia!
Publicar un comentario