Este post es sólo para darle gracias a Dios por lo bueno que ha sido conmigo (y seguro contigo también) durante el año que acabamos de despedir.
Siempre es bueno hacer un alto en el camino y ponerse a pensar sobre el lugar en el que estamos actualmente y desde ahí, revisar el camino que hemos recorrido. ¿Cómo llegamos hasta dónde estamos? ¿Llegamos solos? ¿Cuál fue el precio que tuvimos que pagar para alcanzar ese lugar?. Estas son preguntas que considero importantes por el peso que tiene el solo hecho de hacerlas.
Siempre hay un precio, ¿estamos dispuestos a pagarlo?. Si piensas que la carrera se terminó o que no tienes nada más por aprender, preocúpate. Aun hay mucho por andar, hay muchos cambios por hacer y muchas metas por alcanzar. No te desanimes, camina paso a paso, un día a la vez. Dios tiene mucho por hacer en, con y a través de nosotros.
Que este año que terminó sea solo un punto de referencia, un punto de partida, ya sea para llegar más lejos o para empezar de nuevo si es necesario; tomar el impulso que necesitamos y con la ayuda de Dios hacer Su voluntad y vivir más cerca a Él.
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